CINNAMON ROLLS Y MI AMOR SÚBITO POR LA CANELA

Se acerca Halloween y qué mejor manera que prepararnos para esta fecha que una típica receta americana no?
Podría haber hecho unas galletas o unos cupcakes decorados para la ocasión, tal vez lo haga, no lo sé, pero últimamente veo un montón de ideas de este tipo, y todas me parecen geniales, así que para variar un poco yo me voy a lo típico, que es la repostería tradicional.

En realidad, esta receta tiene algo más que ver con Halloween que sólo la procedencia, y es que si la hacéis no os vais a arrepentir porque están de muerte, pero de muerte de verdad. Sobretodo recién salidos del horno, ufff, indescriptible.

Warning! los Cinnamon Rolls que se describen a continuación son altamente adictivos, aunque no te guste el dulce, aunque no te guste la canela, aunque te salgan un poco feos, no importa, desde el primer mordisco (y más si el primero es en caliente) van a generar en ti adicción y vas a necesitar más y más y más y más. Puedes incluso provocarte una diabetes a ti mism@, pero habrá merecido la pena lo garantizo. 

La primera vez que los hice no tenía mucha fe en ellos, ¡Qué equivocada estaba!. Nunca me ha ido demasiado la canela, más bien todo lo contrario, la odiaba un pelín. En mi cajón de especias tenía un botecito que ha sobrevivido a dos mudanzas, con eso lo digo todo. Pero fue hacer esta receta y apenas me quedó para la siguiente, por que sí, los he hechos dos veces. La segunda vez por antojo (la primera ya me creó adicción) y estaban muchísimo más ricos que la primera, y ahora tengo antojo de hacerlos una tercera vez, pero me intento resistir con todas mis fuerzas porque salen bastantes, y son grandes, y no me puedo controlar. Así que, si no los veo no me los como y punto. Si tengo que sacar alguna pega (aparte de lo rápido que se comen) es que como hay que dejar reposar la masa tardaremos un poco en hacerlos y podérnoslos comer.

Pero es taaaan difícil resistir la tentación.... no se si podré aguantar mucho más.

Así que he decidido que seáis unos adictos conmigo.


INGREDIENTES DE LA MASA

· 650 gr de harina
· 7 gr de levadura seca de panadero (ver primer paso en la receta para más detalles)
· 250 ml leche
· 75gr mantequilla
· 75 gr azúcar blanco
· 1/2 cucharadita de sal
· 4 huevos M


Antes que nada os advierto que al igual que en una conocida marca de pizzas el secreto de estos rollos está en la masa, pero de verdad. Yo los he hecho con la maquina amasadora que me ha venido genial, si los hacéis a mano puede que sea un poco más complicado el amasar, pero no tienen por qué salir mal.

RECETA

Primero en un bol hay que tamizar bien la harina y añadís la mitad al bol donde vais a hacer la masa. Ya sea con amasadora o a mano. Después añadís la levadura seca de panadero es una levadura que podéis encontrar en casi cualquier lugar.  Yo la compré en Lidl, viene en una cajita verde y son unos cuantos sobres, cada uno de 7gr, así que nos va perfecto para esta receta. No es la típica levadura Royal de polvo blanco, son como unas bolitas muy pequeñitas de color gris/marrón.

Esta es la levadura seca de panadero (lo marrón), lo de alrededor es harina. 

Cogéis un cazo y ponéis dentro la leche + el azúcar blanco + mantequilla + sal. La temperatura no tiene por qué estar a temperatura ambiente. Lo ponéis al fuego, hasta que se derrita la mantequilla pero evitando que la leche hierva y se nos salga del cazo. Podemos ir removiendo y una vez esté se deja reposar.

Añadiremos la leche que acabamos de calentar a la harina con la levadura que ya habíamos mezclado.

Añadimos los huevos, uno a uno. La masa se quedará bastante pegajosa.

Cuando todos los ingredientes estén mezclados añadiremos la otra mitad de la harina.
Esto es importante, tiene que caer toda la harina dentro, si nos quedamos cortos se quedará una masa pegajosa, si nos pasamos luego los rollitos se quedaran menos jugosos y no queremos que eso pase.
El truco es batir y batir y batir hasta que la masa quede integrada y no tan pegajosa como al principio. Una vez esté untáis un poco de aceite en otro bol y ponéis la masa dentro.

Masa lista para reposar. Esta es la textura que ha de tener.

La tapáis con un paño seco y limpio (o papel film) y la dejáis reposar unas 2 horas. No hace falta que los pongáis en ningún sitio cálido, la temperatura de casa será suficiente.

En dos horas habrá crecido así.

INGREDIENTES PARA EL RELLENO

· 150 gr azúcar moreno
· 40 gr harina
· 120 gr mantequilla
· 5-6 cucharaditas canela



(OTROS INGREDIENTES QUE UTILIZAREMOS DESPUES PERO QUE CONVIENE TENER A MANO)

· Un poco de nata líquida (de la de montar o de la normal)
· Para el glaseado: 100gr azúcar glass + 4 cucharadas de nata líquida + un chorrito de agua

Se mezclan todos los ingredientes para el relleno en un bol. Podéis poner tanta canela como queráis. Al principio os resultará un poco complicado pero con un tenedor o dos cuchillos podéis ir aplastando todo hasta que todo esté uniforme.


Cuando hayan pasado dos horas la masa habrá doblado su tamaño.
Añadiremos harina a una superficie limpia y amaseremos (este es el paso más chulo).

¿Existe algo mejor en el mundo que amasar una masa?

La estiraremos (siempre con harina debajo para que no se pegue) en un rectángulo o cuadrado.

Con las manos (eso sí, bien limpias) pondremos el relleno, pintando toda la masa, sin dejar bordes. Lo extenderemos bien bien.

Nos lavamos las manos y añadimos la masa sobre sí misma, haciendo un rollo y se irá haciendo la típica imagen visual de espiral de los rollitos de canela. Pegaremos el final con leche o con nata líquida.

Cortaremos los extremos para que se quede bonito, pero esos extremos los podéis hornear también y coméroslos claro!

Cortaremos nuestro rollo grande en porciones de unos 2-3 dedos de ancho.

Y aquí tenemos dos opciones. Podemos colocarlos en una fuente para horno, muy juntitos o en un papel de horno se parados. Si hacemos la primera opción una vez se horneen obtendremos algo como una tarta de rollos de canela, ya que se quedarán pegados unos a otros. Si hacemos la segunda opción tendremos rollos de canela individuales. ¡Podéis hacer lo que os apetezca! Eso sí, si los ponéis en un recipiente para horno aseguraros de engrasarlo previamente.

Aquí están los rollitos en un molde para tartas.
Aun les falta crecer un poco más pero quedarán como si fuese una tarta. 

Aquí os los pongo con mas zoom para que os den más ganas de coméroslos. 

A continuación los cubrimos con un poco de papel film y Ohhhh... tendremos que esperar, aun han de subir más, así que nos tendremos que aguantar otra hora.

Cuando por fin haya pasado esa larga hora, que ni más ni menos ha tenido 60 largos minutos, pintamos los rollitos con nata líquida, puede ser de la de montar o de la normal, no importa.

Los metemos al horno a 190ºC. Yo en unos 15-20 minutos los tengo hechos, pero puede que necesitéis algo más de tiempo. Para saberlo podéis pincharlos y si sale el palillo limpio es que ya están.

Una vez así los sacáis y ya sólo quedará el GLASEADO.

Tamizáis los 100gr de azúcar glasé y las 4 cucharadas de nata líquida y mezcláis bien. Si está muy grueso añadís un chorrito muy pequeño de agua, hasta que tenga una consistencia que os guste.

Y los ponéis por encima de los rollos, tanto como queráis.

Los dejáis templar un poquito y a hincarles el diente!

Os juro que están deliciosos, de verdad, tenéis que probarlos.

Ah! y si los hacéis no os olvidéis de enseñármelos!

Os dejo mis redes sociales donde podéis encontrarme y nos vemos el próximo viernes con la siguiente receta! ¿Sugerencias?


                                               



 Besos!